La minera estadounidense Doe Run, que opera en el Complejo Metalúrgico de La Oroya, ha considerado “inevitable” la paralización de sus funciones tras carecer de materia prima. Esto se ha producido desde inicios de este mes; sin embrago, la situación se agravó a causa de la derogación de las dos leyes que fueron resistidas por los indígenas amazónicos. Son tres mil, los trabajadores que iniciaron la huelga considerada indefinida.
La huelga se suma a la protesta que cientos de campesinos mantienen desde hace doce días en la ciudad sur andina de Andahuaylas, departamento de Apurímac, con las vías y el aeropuerto bloqueados para exigir al gobierno solución a demandas regionales. Junto con esto, Simon Murano manifestó que existen grupos “ultrarradicales” detrás de todo este asunto e incluso advirtió públicamente que sabe quienes son.
De esta manera, lo único que está ocurriendo es una serie de huelgas y protestas que perjudican a empresas mineras y de otro rubro, las cuales operan, incluso, en zonas cercanas ala capital y otras ciudades de alto nivel de consumo, perjudicando el comercio y el empleo de miles de trabajadores. A pesar de que las cosas se calmaron en el gabinete, los problemas siguen surgiendo a raíz de un descontento que mora en los corazones de algunos trabajadores sindicales.
Todo parece indicar que el Estado no está haciendo mucho para ayudar a la principal procesadora de metal del país. Por su lado, las acreedoras amenazan con embargarla si es que la matriz de Doe Run en Estados Unidos, el Grupo Renco, no capitaliza la deuda de 156 millones de dólares en su filial peruana.
El Estado debería hacer lo posible por apoyar económicamente a esta filial peruana que se está yendo cada vez más abajo. Si bien es cierto, la minera es de origen estadounidense pero a la vez perjudica a nuestro país porque le da empleo a un gran numero de obreros peruanos que deben de alimentar a sus familias. Tras la mediación del ministro peruano de Economía, Luis Carranza, un grupo de empresas del sector minero anunció el pasado 2 de abril su compromiso de avalar un crédito de 175 millones de dólares para que Doe Run reanudara sus actividades.
La huelga se suma a la protesta que cientos de campesinos mantienen desde hace doce días en la ciudad sur andina de Andahuaylas, departamento de Apurímac, con las vías y el aeropuerto bloqueados para exigir al gobierno solución a demandas regionales. Junto con esto, Simon Murano manifestó que existen grupos “ultrarradicales” detrás de todo este asunto e incluso advirtió públicamente que sabe quienes son.
De esta manera, lo único que está ocurriendo es una serie de huelgas y protestas que perjudican a empresas mineras y de otro rubro, las cuales operan, incluso, en zonas cercanas ala capital y otras ciudades de alto nivel de consumo, perjudicando el comercio y el empleo de miles de trabajadores. A pesar de que las cosas se calmaron en el gabinete, los problemas siguen surgiendo a raíz de un descontento que mora en los corazones de algunos trabajadores sindicales.
Todo parece indicar que el Estado no está haciendo mucho para ayudar a la principal procesadora de metal del país. Por su lado, las acreedoras amenazan con embargarla si es que la matriz de Doe Run en Estados Unidos, el Grupo Renco, no capitaliza la deuda de 156 millones de dólares en su filial peruana.
El Estado debería hacer lo posible por apoyar económicamente a esta filial peruana que se está yendo cada vez más abajo. Si bien es cierto, la minera es de origen estadounidense pero a la vez perjudica a nuestro país porque le da empleo a un gran numero de obreros peruanos que deben de alimentar a sus familias. Tras la mediación del ministro peruano de Economía, Luis Carranza, un grupo de empresas del sector minero anunció el pasado 2 de abril su compromiso de avalar un crédito de 175 millones de dólares para que Doe Run reanudara sus actividades.
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